¡Angèle + Dua Lipa, brioche + crema de cacao, vacaciones + club infantil... En la vida, algunas combinaciones son 100% ganadoras! ¡Lo mismo sucede con el colágeno y el ácido hialurónico, dos activos de belleza muy complementarios que trabajan juntos para preservar la juventud y el resplandor de la piel! ¿Cómo actúan exactamente? ¿Qué los une y qué los diferencia?... Te lo contamos todo a continuación en nuestro artículo.
¿Qué es el colágeno?
El colágeno es una proteína que se encuentra de forma natural en el organismo. Es uno de los componentes principales de los tejidos conectivos, como los músculos, los tendones, los ligamentos... y la piel. Dentro de ella, los colágenos de tipo I y III son los más importantes. Sin ellos, no es posible tener una piel firme y flexible. Por eso, a menudo se les compara con “arquitectos”, ya que determinan la estructura de la dermis y su resistencia.
El problema es que estos arquitectos de la piel comienzan a perder fuerza a partir de los 25 años. Antes de llegar a los 30, la producción de colágeno se degrada gradualmente, tanto en cantidad como en calidad. La piel pierde alrededor del 1% de colágeno cada año, pero esto puede variar según el capital genético de cada uno/a y el número de agresiones a las que la piel está expuesta a diario (exposición al sol, contaminación, noches cortas, tabaco, dieta desequilibrada, estrés…). ¿El resultado de esta pérdida de colágeno? La piel comienza a perder elasticidad, el flacidez se hace más evidente y el contorno de la cara se difumina... ¡No es lo ideal!
Para saber más, no dudes en leer nuestro artículo dedicado, con todos nuestros consejos para aumentar la producción de colágeno.
¿Qué es el ácido hialurónico?
El ácido hialurónico es otro componente clave de la piel. Esta molécula, presente de manera natural en el cuerpo, en la piel, los ojos y las articulaciones, actúa como una especie de esponja capaz de retener hasta 1000 veces su peso en agua. Esto lo convierte en un hidratante excepcional, que contribuye a mantener la piel suave, tersa y lisa. Al igual que el colágeno, su cantidad y calidad disminuyen a partir de los 20 años. Al llegar a los 50 años, se considera que la piel ya ha perdido cerca del 40% de su ácido hialurónico. Esto se refleja en el espejo, con arrugas y líneas finas que empiezan a aparecer en el rostro, volúmenes menos armónicos y una piel visiblemente más seca.
¿Cuáles son las diferencias con el colágeno?
Es cierto, el colágeno y el ácido hialurónico tienen varios puntos en común. Ambos son indispensables para la belleza de la piel, y son sintetizados en la dermis por células llamadas fibroblastos. Sin embargo, sus roles son muy diferentes, aunque están estrechamente relacionados y son muy complementarios. Mientras que el colágeno fortalece la estructura de la piel y le da firmeza, el ácido hialurónico actúa más sobre la hidratación y la flexibilidad de la piel. En resumen, podemos imaginar que el colágeno es la "estructura", mientras que el ácido hialurónico juega el papel de "cemento" que llena el espacio entre las células de la piel. Cuando ambos cumplen correctamente su función, la piel se ve sublimada, firme, lisa y elástica: ¡todo lo que buscamos!
Los beneficios del colágeno y el ácido hialurónico combinados para la piel
La acción combinada del colágeno y el ácido hialurónico combate varios signos del envejecimiento cutáneo al mismo tiempo: arrugas, flacidez, pérdida de luminosidad... Juntos, actúan en profundidad para optimizar y potenciar los mecanismos de juventud de la piel, devolviendo suavidad al rostro. ¡Adiós al temido "efecto envejecido"!
Un efecto "piel de bebé" garantizado Por un lado, el colágeno refuerza la estructura de la piel, lo que contribuye a mantener su firmeza. Por otro, el ácido hialurónico hidrata intensamente y repulpa la epidermis. El resultado: este dúo ganador ayuda a atenuar las arrugas y prevenir su formación. La piel recupera su volumen, la frente y los pómulos lucen un bonito levantamiento natural: ¡un efecto piel de bebé que no nos desagrada!
Un brillo a prueba de todo El ácido hialurónico, gracias a sus propiedades hidratantes, otorga a la piel un brillo natural. El colágeno, por su parte, favorece la regeneración celular, permitiendo que la piel se mantenga luminosa y saludable. Juntos, contribuyen a un tono fresco y radiante, incluso en momentos de fatiga o estrés.
Una piel intensamente hidratada El ácido hialurónico es el rey de la hidratación. Ayuda a la piel a retener el agua, lo cual es crucial para mantener una piel jugosa y evitar la deshidratación, que a menudo provoca arrugas y líneas finas. Como extra, el colágeno, al mejorar la estructura de la piel, ayuda a retener mejor esa hidratación, haciendo que la piel se vea aún más bella durante más tiempo. ¡Bingo!
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