Desde que todas vuestras influencers favoritas practican el Miracle Morning — levantarse a las 5 de la mañana para meditar/leer/correr... — ¿os sentís culpables de quedaros en la cama y dejar sonar la alarma al menos cinco veces antes de abrir el ojo? Os detenemos de inmediato: tomarse el tiempo para dormir lo suficiente NUNCA debe generar culpa. Primero, porque no todos tenemos el mismo ritmo de vida, y algunas personas simplemente necesitan más horas de sueño. Tal vez esa chica que hace saludos al sol al amanecer también duerma siestas por la tarde, algo que a vosotras os resulta absolutamente imposible porque vuestro trabajo no lo permite... Luego, pensad que cuando pasáis un poco más de tiempo bajo las sábanas, estáis mimando vuestro organismo, empezando por vuestra piel. ¡Así es, el sueño y la piel están íntimamente relacionados, y la calidad de uno influye enormemente sobre la calidad del otro! Así que, nada de remordimientos si os gusta dormir, ¡todo lo contrario!
😴 Los efectos del sueño sobre la piel
El organismo adulto necesita un cierto número de horas de sueño, entre 7 y 9 de media por noche. Es el tiempo de descanso perfecto para potenciar el cerebro, los músculos, el sistema inmunitario, el estado de ánimo... pero también la piel, que aprovecha este tiempo libre para regenerarse.
El ciclo de la piel y la regeneración
Durante la noche, la piel finalmente puede relajarse. De hecho, es el único momento en el que no sufre ninguna agresión. No hay contaminación, ni pausa para el cigarro, tampoco sol, viento, frío o estrés: la piel puede bajar la guardia y poner sus mecanismos de protección en stand-by. Pero ojo, ¡no se queda de brazos cruzados! La piel sigue trabajando, pero en una tarea completamente diferente: su regeneración. Es entre las 11 de la noche y las 4 de la mañana, durante la fase de sueño profundo, cuando el proceso de regeneración es más intenso. Durante este período del ritmo circadiano, las células de la piel se reparan y renuevan activamente.
🌙 Las ventajas de un sueño reparador para la piel
Ya lo habréis entendido: el sueño es el truco de belleza más natural (y más eficaz) que existe. Para multiplicar sus efectos, ¡una buena rutina de beauty sleep es imprescindible! Comienza con una limpieza adecuada porque solo sobre una piel limpia puede regenerarse correctamente. Incluso si no habéis usado base de maquillaje o máscara de pestañas durante el día, es necesario limpiar con productos adecuados para eliminar cualquier posible rastro de sebo, contaminación o polvo que impida el buen funcionamiento de la renovación celular. Una vez el epidermis esté fresca, la aplicación de un sérum y una crema elegidos según las necesidades de vuestra piel está especialmente recomendada, ya que la piel es aún más receptiva a los cosméticos durante la noche. ¡Un buen sueño + una buena rutina = la combinación ganadora para obtener el máximo beneficio para vuestra belleza!
Reducción de ojeras
Zona fina y frágil, la mirada marca fácilmente, sobre todo cuando la noche ha sido demasiado corta o interrumpida. Una buena noche de sueño es el mejor consejo para decir adiós a los ojos cansados, ya que la aparición de ojeras y bolsas generalmente es causada por una mala circulación sanguínea y un desajuste en el drenaje linfático. Y es cuando dormimos que la circulación sanguínea y el drenaje linfático son más eficaces. ¡Lo que además garantiza un bonito resplandor en el rostro!
Atenuación de arrugas
Gracias al colágeno y la elastina, estas dos proteínas clave que ayudan a mantener la firmeza, elasticidad y flexibilidad de la piel. Su producción se incrementa durante la noche, por lo que una buena noche de sueño asegura una piel más tersa al despertar.
Mejor hidratación y un tono fresco
Durante el sueño, la piel también regula su nivel de hidratación. Al dormir lo suficiente, permitís que vuestra piel conserve su hidratación natural, lo que ayuda a reducir la aparición de los signos del envejecimiento y a dar un aspecto más radiante al rostro.
🧐 Las consecuencias de la falta de sueño sobre la piel
Cuando no dormimos lo suficiente o nuestro sueño es interrumpido, la piel se ve... ¡en un buen lío! Está comprobado y reafirmado, una piel que tiene la costumbre de no dormir bien es una piel que automáticamente muestra un rostro apagado al despertar: los rasgos están arrugados, el tono es opaco, el relieve cutáneo es irregular... En fin, todo lo que tememos.
Aceleración del envejecimiento cutáneo
Hace unos años, eras capaz de salir hasta el amanecer y seguir con una jornada de trabajo al día siguiente, sin que ningún compañero te dijera esa frase tan desagradable: "¡Vaya, necesitas unas vacaciones!". Pero como dicen, eso ya pasó... Hoy en día, tus rasgos cansados te delatan desde el primer paso en el open space. Así es la vida: cuanto más envejecemos, más acusa nuestra piel el paso del tiempo y sufre de lleno la falta de sueño. Las noches demasiado cortas ya no perdonan, y las insomnias no ayudan, ya que quien dice insomnio, dice aumento del estrés y aumento del cortisol. Esta hormona provoca una secreción más intensa de radicales libres, los cuales son responsables del envejecimiento prematuro de la piel. Para evitar dar vueltas en la cama, establecer una buena rutina de sueño es crucial. Mantener horarios regulares de sueño, evitar estimulantes a partir de la tarde, limitar la exposición a pantallas, practicar actividades relajantes antes de dormir, crear un ambiente propicio para el sueño con una habitación oscura, fresca y silenciosa... Todos estos hábitos realmente valen la pena ser adoptados.
Aumento de problemas de piel
Más allá de las arrugas y otros signos del envejecimiento, niveles elevados de cortisol también pueden favorecer la producción de sebo, la obstrucción de los poros y la aparición de acné. Sin olvidar que la falta de sueño puede comprometer el sistema inmunitario de la piel: la piel se vuelve más vulnerable a infecciones bacterianas y se abren las puertas a las imperfecciones y granos. Un mal funcionamiento inmunitario también puede ser responsable de respuestas inflamatorias excesivas de la piel, empeorando por ejemplo los síntomas del eccema o psoriasis.
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