¡Las vacaciones están a la vuelta de la esquina! ¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste de una mañana tranquila sin despertador, sin niños en la habitación, ni ruidos molestos? Si no lo recuerdas, ¡el verano y las vacaciones han llegado en el momento perfecto! Es el momento de descansar y recuperar esas mañanas de sueño robadas.
Con la bandeja de entrada desactivada, el mensaje de ausencia activado, los niños en casa de los abuelos y, por fin, sin ruidos molestos, todas las condiciones están reunidas para que puedas dormir como un bebé durante varias noches seguidas. Y, lo más importante, sin que el calor interfiera en tu descanso.
La importancia del sueño durante las olas de calor
Cuando las temperaturas suben y alcanzan su pico incluso tarde en la noche, el sueño puede verse gravemente alterado. Las altas temperaturas dificultan que el cuerpo regule su temperatura de forma eficiente. Para dormir bien, la temperatura corporal debe disminuir entre 1 y 1,5 °C, un proceso que, en condiciones normales, ocurre de forma natural, pero que se ve alterado durante las olas de calor. Esto puede dificultar el sueño y provocar despertares nocturnos, reduciendo la cantidad de sueño profundo, el más regenerador. Las consecuencias de estas noches interrumpidas pueden ser cansancio, mal humor y falta de motivación para realizar actividades. ¡Definitivamente no es el estado de ánimo que uno espera para las vacaciones!
Para tener un verano descansado y reparador, sigue estos consejos para mejorar tu sueño incluso con temperaturas altas.
Cómo dormir bien y mantener tu habitación fresca cuando hace calor
Mantén la frescura en tu habitación durante el calor extremo
Para dormir bien, es crucial mantener la habitación lo más fresca posible. Cierra las persianas y las ventanas durante el día para evitar que el calor entre. Luego, cuando las temperaturas bajen un poco al final del día, abre las ventanas para crear una corriente de aire. Si tienes un ventilador o aire acondicionado, úsalo para expulsar el aire caliente. La temperatura ideal para dormir debe estar entre 16 y 20 °C. ¿No tienes aire acondicionado? Prueba esta técnica: humedece una sábana y cuélgala frente a una ventana; esto ayudará a enfriar la habitación de manera natural.
Mantente hidratado bebiendo regularmente
Cuando hace calor, el cuerpo suda más, lo que aumenta el riesgo de deshidratación. Beber suficiente agua durante todo el día (al menos 2 litros) ayuda a mantener el equilibrio de líquidos, lo que facilita la termorregulación y mantiene el cuerpo fresco. Además, la hidratación previene calambres musculares y dolores de cabeza causados por la deshidratación, lo que favorece un sueño más profundo e ininterrumpido. No olvides tener siempre una botella de agua cerca, especialmente en la mesita de noche, para evitar levantarte en medio de la noche por sed. Y no olvides que la hidratación también es clave para tener una piel radiante.
Adapta tu alimentación
Durante las olas de calor, una buena higiene del sueño también depende de lo que comas. Opta por cenas ligeras, ya que los platos más pesados retrasan la digestión, y cuando el cuerpo digiere, produce calor. Evita los alimentos pesados y elige ensaladas o sopas frías. Si te falta inspiración, busca recetas frescas y deliciosas para el verano. Los smoothies también son una excelente opción para mantener la saciedad durante la tarde. Si necesitas ayuda para conciliar el sueño, las gomitas Good Night pueden ser útiles, ya que contienen melatonina, lo que facilita un sueño más rápido y reparador.
Pon en práctica buenos hábitos de sueño
Hay hábitos que, en teoría, parecen útiles, pero en realidad pueden ser contraproducentes. Por ejemplo, tomar una ducha fría antes de dormir no ayuda a reducir la temperatura corporal, ya que el cuerpo tiende a producir más calor para compensar el enfriamiento. Es mejor optar por una ducha tibia para evitar este efecto de compensación. También es recomendable evitar dormir completamente desnudo, ya que la sudoración se acumula en la piel en lugar de ser absorbida por la ropa. Usa pijamas livianos de materiales naturales como algodón, y opta por sábanas de algodón, que son transpirables y ligeras. Si vives en una zona calurosa, considera invertir en ropa de cama especial para el calor.
Relájate para dormir mejor
La relajación es una excelente forma de protegerte del calor. Algunos ejercicios de respiración pueden ayudarte a calmarte y conciliar el sueño más fácilmente. Recuéstate cómodamente, cierra los ojos e inhala lentamente por la nariz, expandiendo tu abdomen. Exhala lentamente por la boca y relaja todo tu cuerpo. Haz esto durante 5 a 10 minutos. También puedes probar la visualización: imagina un lugar fresco y tranquilo, como un bosque o una playa con una brisa suave. Concéntrate en los detalles sensoriales de ese lugar para crear una sensación de frescura.